Tras más de 18 años liderando y apoyando apostolados, he obtenido una visión clara sobre los efectos de la generación de ganancias en comparación con los que no lo hacen.
Permíteme comenzar con una anécdota. Hace un año, en Monterrey, mi esposa y yo asistimos a un evento católico que, cómo llega a suceder en ocasiones frecuentes en los eventos católicos, no obtuvo la audiencia deseada, pero bueno, aún así nos brindó una experiencia espectacular. En el mismo viaje, en el hotel donde nos hospedamos, abajo había un centro comercial el cuál cuenta con un auditorio importante en la ciudad. Mientras caminábamos en el Centro comercial, se nos acercaron unos jóvenes muy alegres a invitarnos a entrar al auditorio, al analizar sus carteles notamos que era un evento de una congregación cristiana. Atraídos por su profesionalismo, y la curiosidad, decidimos aplicar "por la anécdota" y entramos.
Desde el momento en que entramos, quedó claro por qué ese auditorio tenía una fila inmesa de personas queriendo entrar. La producción y organización eran de primer nivel. El financiamiento no era un tabú; los asistentes sabían que contribuir era esencial. Descubrimos que este evento se repetía semanalmente. ¡Rentaban un destacado auditorio en Monterrey cada semana! Les muestro una foto de algo de lo que vivimos:
Cuando salimos, me quedé entre enojado y analítico y me hacía la siguiente pregunta: ¿por qué un evento que lleva meses organizándose no logró llenarse, y este evento que es semanal está atiborrado y todas las semanas lo está?
Después de un rato llego a las siguientes conclusiones, de errores que se cometen seguido y deben de EVITARSE al arrancar un apostolado y pueda lograr un éxito como el que vivimos:
Costos: Fijar el precio según la capacidad de pago de los asistentes que creemos que acudirán, no los costos reales del evento que se quiere logar, esto compromete la calidad y adaptarse a lo mínimo.
Resistencia a Cobrar: La mentalidad de que debemos de dar gratis o de bajo costo por el hecho de ser "religioso", es un paradigma que debe de quitarse por las dos partes, los organizadores y los asistentes.
Falta de visión: Cuando no comprendemos el impacto y crecimiento que puede tener un apostolado que es sostenido por sus ingresos, es obvio que no vamos a buscar o enfocar los esfuerzos a que lo logre.
Visualiza esto: En una parroquia organizas un retiro anual. Inviertes tiempo y energía, y a menudo contribuyes económicamente. Imagina tener de tiempo completo un administrador, mercadólogo y organizador, con sueldos justos. ¿Podrías hacer retiros mensuales? ¿Generar ganancias para expandir y emplear más personas? ¡Claro!, el profesionalismo con el que se movería y el impacto sería 12 veces más, a demás de que impactarías en familias enteras que puedan sostenerse económicamente de este proyecto.
En San Guspino, tenemos varios casos de proyectos que generan ingresos superiores a negocios tradicionales, ofrecen empleo y contenido de calidad.
Entonces resolvieron la duda:
¿Es bueno que los apostolados generen ganancias?
Si es su propósito principal, no.
Si su finalidad es profesionalizar, dar trabajo, hacerlo crecer y para eso necesita ganancias, Sí es bueno.